Digitalizar una institución implica un proceso exhaustivo que abarca desde la evaluación exhaustiva de los requisitos específicos de la entidad, hasta la capacitación del personal. Este desafío puede ser aún mayor para instituciones con poca experiencia en el ámbito digital, donde el tiempo es un recurso limitado. En estos casos, contar con el acompañamiento de un experto no solo facilita la transición tecnológica, sino que también garantiza que el proceso se lleve a cabo de manera eficiente, minimizando riesgos y asegurando el éxito de la implementación tecnológica. Además, la presencia de un profesional permite anticipar posibles dificultades, ajustando los recursos y las estrategias a las necesidades específicas de la institución. La experiencia y el conocimiento especializado son fundamentales para optimizar los flujos de trabajo, reducir costos operativos y aumentar la productividad en el largo plazo. Por ello, el respaldo de un profesional en cada etapa es clave para lograr una digitalización eficaz y sostenible.